sábado, 27 de septiembre de 2008

Casas y cosas

La primera vez que me mudé de casa, fue para irme a otro país. A caer, en primer lugar, donde la típica amiga que te tiene, aunque sea un poco incómodas, en su sitio, su espacio, su piso, su cuarto de 2x3, con TV con una antena medio falluca, y con una insomnia parecida a la tuya -lo cual es GENIAL; hasta que consigues ese primer "piso" donde puedas llevar sus cosas.

El primer "piso" donde caí en Barcelona, se encontraba en el barrio de Gràcia. A unas cuantas cuadras del lugar de mi amiga. La verdad no conocía mucho Barcelona, y el barrio me gustó mucho. Además estábamos cerca y el piso estaba super bueno y super moderno. ¡Por primera vez tenía un cuarto sola! No saben la emoción. Era grande, cama doble, ropero, escritorio, silla de gerente y ventana a la calle. La cual daba al club de tennis, así que todos los domingos me despertaba con el TOC TOC TOC TOC mañanero. Alarma deportiva, la llamaba.

Mis compañeros de piso, terminaron siendo un desfile de nacionalidades cual Miss Universo. La chica que tenía el contrato era israelí con nacionalidad húngara, lo que le permitía ser parte de la comunidad europea sin mucho roche. Super buena gente, pero medio pastrula. El otro chico (éramos tres) era un inglés super con una novia mexicana a corto plazo. Ustedes saben, amor tipo Barcelona: Wash and wear (de una sola tenida). El inglés se regresó a su país y cayó una alemana. La alemana se fue (felizmente porque entre la otra y yo, nos dimos cuenta que era medio rarita) y cayó una rusa que era otra pastrula. Ergo:

pastrula 1 + pastrula 2 = inhabitable

Decidí mudarme, aunque Gràcia haya sido lo más parecido a Barranco que pude encontrar. Esta vez, después de muchas citas y muchas llamadas, llegué al barrio del Eixample Esquerra, a un piso que estaba en el mismo edificio (o finca, como le dicen ahí) que el piso de una de mis mejores amigas que he tenido en Barcelona (una colombiana de la PM). Por cagarnos de risa, fuimos a verlo. Queríamos saber cual era la distribución al otro lado del edificio (arquitectas super geeks, por cierto). La chica del contrato, era de Murcia. Bastante buena onda. El cuarto era super pequeño y con ventana interior. La verdad, no lo pensé mucho. Quería estar cerca de mi amiga y cerca al centro. Si bien el anterior barrio estaba super bueno, gastaba mucho en tickets de bus y metro. Convencí a tres amigos que me ayuden con todas mis cosas, chapamos taxi en la esquina, y me ayudaron a mudar en un solo viaje.

¡Piso nuevo! Piso viejo, losetas, techos altos, la Barcelona que yo siempre me imaginé. Compartía con una italiana super capa en matemáticas que tenía un novio catalán, y un chileno que era chef en un restaurant del centro; este chico tenía una novia gallega. La de Murcia, bueno, ella se iba a Madrid. Por eso alquilaba la habitación. Con ella no viví en ese entonces. Luego se fue el chileno, regresó la Murciana, hicimos casting, y entro una argentina, super buena onda recontra pastrula, que no hacía mas que llamarme boluda. Lo máximo. Se fue la italiana, y entro una francesa. Salida de revista y con el alma de Anny (la mejor amiga de Candy, ustedes saben). Fui feliz.

Sin embargo, todo tiene un fin. El contrato ya no se iba a renovar. En pocas palabras, la de Murcia decidió que después de cinco años en Barcelona, quería cambiar de ambiente. Así que nos tocó empezar la famosa busqueda de piso. Internet, amigos, lo que sea. Mi super amiga, la locombiana, se iba a Londres a estudiar inglés. A ella le estaban haciendo el favor, en su piso, de donarle el cuartito que era el estudio, como dormitorio hasta que se fuera. Ya habían tres personas en el piso, y otra mas era un poco demasiado. Pero...

Me hicieron el favor. En ese edificio me sentía como en la vecindad del Chavo, no valía medio centavo, pero era bonita de verdad. Como sabían que iba a estar poco tiempo en Barcelona (ya cada vez se me hacia mas complicado extender mi simple visado de estudiante), me dieron el cuartito. Me mudé en tres viajes de escaleras. Yo vivía en el segundo piso, y me mude al quinto...con ropero y todo.

La chica del contrato era (bueno, es...todavía hablo con ella) catalana. Super linda, super maja. La otra chica era una italiana arquitecta (como la catalana y como yo) super apacible y super enfermiza. Todos los días le dolía la garganta. El chico era catalán de padres argentinos. Creo que fue el mejor piso en donde me quedé. Mi cuarto habrá sido el menos ostentoso de todos los que tuve, pero el cariño que sentí y la familiaridad que me encontré en el quinto piso fue espectacular. Hasta ahora los extraño. No extraño subir los cinco pisos, no hay ascensor, pero al menos ya se que eso me mantuvo en forma durante todo el tiempo que estuve ahi.

Ahora estoy en Escocia. Con mi novio y un amigo. El "piso" parece mas una casa. Techos altos, patio por detras y ventanas a la calle super grandes. Hace un frio de la PM pero te abrigas un poco mas y ya. Ahora las circunstancias son distintas. He vuelto a colgar mis fotos en la pared y puedo desperdigar mis cosas sobre la mesa sin apuros. Me faltan algunos detalles para sentirme como en mi casa.

Pero es que por más que lo intente, nunca me sentiré tan en casa como en MI casa. Con mi tele de 14", mi cama-herencia, mi colchón paraiso, mi perrito (qepd) bajo la cama, mi baño construído en etapa ampliación de vivienda y el bonus de tener a tu familia a dos puertas de distancia. Para gritar un BUENAS NOCHES, cuando cada quien está mirando las noticias ó algún documental en cable, intercambiando a voz en cuello recomendaciones de canales u opiniones, mientras tratamos de lograr el sueño. Aunque mi papá no, el se duerme al toque, el suertudo.

lunes, 15 de septiembre de 2008

Cantando bajo la lluvia

Ya me habían advertido que el clima escocés, era un poco temperamental. Claro, estos consejos venían de mis queridos amigos via Barcelona, los cuales se han ubicado ahí por el sol radiante que ilumina todas las épocas del año, y la poca lluvia que suele caer de cuando en cuando (claro, que cuando llueve...LLUEVE).

La verdad de a de veras, es que yo he crecido acostumbrada a las pobres predicciones del SENAHMI (sin embargo ya están mejor), y a la garúa persistente que reina en Lima durante todo el invierno. Yo me acuerdo mucho que el cielo era gris. Gris. Siempre gris. Nunca se veía el sol. Parece que por el calentamiento global, está cambiando la cosa, vaya. Pero lluvia...no pues. Lluvia no. Si Lima es desierto pues, ahi no llueve.

Como buena peruanita recién bajada del cerro (o caída del palto, ustedes decidan), todo para mí por estos lares, ha sido novedad. Lo cual no tiene nada de malo. Sumado a mi personalidad bastante impresionable, pues todo me emociona. Me acuerdo los primeros gotones en Barcelona. Mi papá me había dado un paraguas color naranja-ya-no-ya antes de irme de Lima. Así que lo reventé hasta que bueno, un dia... el paraguas, decidió reventar por si sólo en París:
Cuentan mis memorias, que allá por el 2006, chapé mi avión y me fui a la casa de una amiga de mi hermana a visitar la ciudad luz. Claro, que aunque era verano, me había tocado una semana medio pesadita. En mi primer día de caminata (porque caminé un huevo...) el pobre paraguas dijo NO MAS!! Felizmente llovió solo un día, así que no hubo mayor daño.


Por los Campos Eliseos


De regreso en Barcelona, tuve que hacer lo que tocaba. Me compré un paraguas color chicha morada. El paraguas, que en realidad no se ve como que fuera la gran cosa, me ha resistido los mil y un vientos de las esquinas del barrio del Eixample en Barcelona. Se ha levantado, y se ha vuelto a colocar en su sitio. Claro, con ayudadita mía. Cuando lo abres, hay que encontrar con maña el famoso *click* que lo deje en su sitio. Así que tampoco es que esté pitita. Pero ahi está. Claro, previo agradecimiento a la marca italiana que confeccionó este práctico accesorio porque valgan verdades, 17euros me costó el chiste. Pero ha sido sin duda, mi mejor inversión anti pluvial.

Con mi super paraguas chichita me vine a Escocia a combatir la garúa persistente escocesa y las lluvias torrenciales que a veces tocan. Se me está poniendo cada vez más mañoso, pero no tengo otro. Además que... "con todo combina!!". Mi compañerito de viaje, es retráctil y lo puedo llevar en la cartera sin problema. Para mi, salir cuando llueve, es una delicia. Como si fuera la primera vez que haya visto llover, siempre logro salir a la calle a chapotear lo que nunca chapotée en mi infancia. Porque claro... en Lima, nunca llovió.

El otro día, caminando al super mercado con mi super paraguas, me topé con un chico que estaba con una capucha gris, muy campante, silbando y tarareando. Hay que ver lo acostumbrados a la lluvia que están por aca. Entre sus felices silbidos, pude reconocer el famoso Singing in the rain. No pude evitar sonreir. Al menos ese día no me mojé mucho los pantalones. Ahora entiendo por qué las chicas prefieren usar falda, jaja.

sábado, 13 de septiembre de 2008

Noches poperas

La escena musical pop de Glasgow es famosa, gracias a grupos como The Pastels, Teenage Fanclub, Belle and Sebastian, Camera Obscura, Mogwai, Franz Ferdinand.

Lo usual por estos lares es que alguien, o esté en un grupo, o el novio/novia, sean parte de un grupo o que organices noches musicales en algún club para que la gente baile al ritmo del mejor pop melódico o simplemente algún funk o música sesentera que pueda divertir. La escena es muy variada, y aunque en la realidad también existan los típicos antros donde se bailan los últimos hits del momento, lo más probable es que hayan más pubs donde esté tocando un grupo local o estén montando una bailada pop, como el ya fenecido National Pop League (tuve la suerte de asistir a la última noche, donde terminas bailando junto a los integrantes de bandas como Camera Obscura y Belle and Sebastian).

La verdad es que NPL, ha sido todo un fenómeno en esta ciudad. Tengo amigos que desde ciudades distantes del Reino Unido, han viajado ese primer viernes de cada mes para poder bailar al ritmo las Shangri-Las o los Go Betweens.

El local también ha sido un clásico. The Woody, es un local donde se realizan eventos. Cuenta con un pequeño escenario, y una barra para poder consumir el trago que puedas toda la noche. Una pista de baile y mesas y sillas alrededor para descansar los pies despues de tanto brinco. Con sólo 4£, te ganabas un pin, tal vez un caramelo, y un panfletito del organizador, comentando la música para esa noche.

Esa última noche (25 de julio, 2008), la fila ya era larga antes de que abrieran las puertas. Todo el mundo emocionado y con pena de que una noche tan buena como ésta, no se iba a volver a repetir. Después de todo, han sido como siete años ininterrumpidos de música, cerveza, amigos y baile.


Nos sentamos. Llegan nuestros amigos. Empieza la música. Pero la cola de la barra es tan pero tan larga, que es casi imposible bailar. El calor empieza. Una amiga y yo, nos hacemos entre la multitud, un pequeño espacio para empezar a bailar. La noche comienza. Poco a poco, la gente de la fila se va disminuyendo y se sientan o salen a bailar. Trash Can Sinatras empieza a sonar, todos bailan. Todos cantan. Luego The Smiths, algo de Belle and Sebastian, un poco de Pixies. La ropa se empieza a pegar del sudor. Pero no importa, la música está tan buena, que no podemos dejar de bailar. El calor, verdaderamente se vuelve insoportable. Uno que otro viaje al baño para poder refrescarnos y de vuelta al baile. Finalmente, se empieza a acabar la noche. Abrazos por todas partes, especialmente al DJ/organizador. Palabritas de agradecimiento. Un hasta luego y a la calle. A comentar la noche, todos sudados y en búsqueda de un local para comprar un "fish and chips" y a la casa.

Por mi parte, ya estoy bastante desconectada de la escena local de Lima. Me acuerdo con mucha nostalgia y cariño, de mis noches Mar de Copas (yo era listera, obviamente). Mi grupo favorito hasta el momento. Sin embargo, nunca me dejaron de gustar los Campo de Almas, Camarón Jackson, La Roja, El Guetto y especialmente La Sarita. Que se convirtió en mi favorita antes de enrumbar al viejo continente. Todavía escucho música de Electro-Z y de cuando en cuando, canto a voz en cuello Magdalena, por los NSQ. Será que también nosotros tenemos una prolífica escena popera limeña y que de alguna u otra manera, hayan grupos que le sigan echando ganas a la música.

De momento me contento con pensar que pueda regresar a La Noche y disfrutar de un buen conciertillo, chela en mano, y canchita en la mesa. Un par de piqueos por ahí y los amigos de siempre.

¡Dos más!

martes, 9 de septiembre de 2008

Músicos Ambulantes

Así como Lima tiene a un Jirón de la Unión, Barcelona las famosas Ramblas (de caracter más turístico) ó el Passeig de Gracia...Glasgow tiene Buchanan Street.

Es una calle muy larga, con suelo de ladrillitos de rigor; toda ella convertida en paseo que te lleva desde el Royal Concert Hall, hasta la estación de St. Enoch. Tiendas por doquier: desde un centro comercial hasta una pequeña tienda de comics. Sí, también hay un Starbucks.

Aquí se ubican los clásicos músicos ambulantes.

Dentro de mi extranjería permanente en esta ciudad, me puedo permitir el que hasta la mosca que me vuela encima de la cabeza, me divierta y me parezca fuera de lo ordinario. No fue la excepción ver a un típico músico ambulante por estos lares: el gaitero. Sí señores. En Perú tenemos a nuestros niños y grandes con zampoñas y quenas en el micro, acá sobran las gaitas. Usualmente se visten con su traje típico, de kilt según el clan al que pertenecen (clan me suena un poco anticuado, pero así se les denomina a los apellidos típicos... como Campbell ó MacDonald). Cualquiera se puede cachuelear en la calle, tocando un par de músicas tradicionales que atraen a los turistas que suelen predominar por estas calles comerciales.

Pueden estar solos, en grupos de tres, o conformar un ensemble completo, con el traje más típico de todos, y añadir un par de percusiones para darle un mayor efecto. En pocas palabras, buenazo.




Grande fue mi sorpresa, cuando el otro día, disfrutando del sol de fin de verano (que se ha visto muy poco por acá), vi a un grupo de personajes andinos, tocando una melodía muy similar al Cóndor Pasa. Me fui corriendo a ver si podía distinguir el origen andino más específico... pero me pelé. Era mas bien una mezcolanza (sic) de indios norteamericanos con los andinos y bueno...no sé. Si es bueno para el negocio...tal vez no esta mal. De alguna u otra manera, promocionan una parte de nuestra cultura.



Si me sorprendió verlos por acá, porque si bien Londres es mucho mas cosmopolita y grande y vi muchos latinos por ahi, acá la cosa es un poco distinta. La verdad...no he visto muchos. Es mas...no he visto ninguno por la calle. Lo cual es raro para mi, porque después de haber vivido en Barcelona, donde hay hasta bodegas con doña pepas y coronitas...acá...ni la sombra.

Me remonta al centro de Lima con sus cómicos ambulantes - que son la mejor diversión al paso que alguna vez ví en el Parque Universitario. Porque la verdad, aparte de los músicos que se suben a los micros/custer - al fondo hay sitio - , no se si alguna vez me haya topado con algún músico callejero en alguna esquina.

Creo que la diferencia radica en la necesidad de sobrevivir versus el simple cachuelo que estas performances pueden representar para algunos. El mejor acto en un micro que presencié fue el de un chico vestido de payaso, hace muchos años ya, en la famosa 52. La que va por toda la Salaverry. Se confesó un padre de familia obligado a recursearse para mandar a sus hijitos al colegio. Verdad...mentira...quién sabe. Pero no se dejó aplastar por el recelo que todos tuvimos cuando empezó su acto. Al final, tuvo hasta aplausos y no podíamos parar de reír. No hubo uno que no le diera aunque sea unos centavitos. Un éxito.


Perú, Escocia. Todos se la buscan.


Lo que se llevó el premio de este paseo semanal por la calle...fue encontrar al chico que conocí en una parrillada hace un par de semanas, cachueleándose tocando el cajón y guitarra cerca a la estación de St. Enoch. No woman, no cry...versión criolla.


Lo más.

sábado, 6 de septiembre de 2008

El museo de la combi/custer

En Glasgow, existe El Museo del Transporte ó Museum of Transport, como le dicen. Yo no sabía que tienen una historia muy larga e impresionante sobre la construcción de navíos de guerra, buques, trasatlánticos y demás. (Glasgow es atravesado por el río Clyde, el cual en su tiempo, albergaba muchos astilleros de los cuales sólo sobreviven dos o tres en estos tiempos)


Por fuera, el museo no es muy bonito la verdad. Ni bien entrando, me enteré que la fabulosa Zaha Hadid ha diseñado el nuevo museo que esta vez sí se encontrará a orillas del famoso Clyde.


Para los fanáticos del automovilismo, este lugar es un sueño. Hay de todo y para todos. Carros de todas marcas, modelos, años, colores y sabores. Hay una representación de una típica calle de Glasgow a principios del siglo XX que es todo un viaje en el tiempo. Osea, todo lo que tenga ruedas... está. Hasta carritos de bebé del siglo pasado. Al igual que una vieja estación de metro o Underground, como le llaman por estos lares (que no es la gran cosa, valgan verdades). Es una simple "circunvalación" subterránea de sólo 15 estaciones.

Hubo un vehículo que me llamó mucho la atención. Era una combi del medio oriente. Muy bien adornada y super colorida, una especie de horror vacui oriental; lo que me hizo remontarme a nuestro querido sistema de transporte privado peruano.


Mi línea favorita... la Chama. Chama, Chama, todo Pardo, Miraflores, La Mar, Pezet, Belén, San Felipe...grita el cobrador. Me imagino que en país donde hay combi, hay cobrador...hay peleas por pasajeros, combis asesinas, colores por doquier y caos vehicular. Porque claro, un pais con ciudades grandes, que utilice un vehículo tan pequeño como medio de transporte, en mi opinión...tiene que ser un caos.

Pero tal vez ya es un caos familiar. Ya uno crece con esa astucia de saber como caminar por la calle y tratar de evadirlas...el "corre por tu vida" se convierte en tu lema diario y ya te alucinas que cualquier esquina, o es mas...en cualquier lugar de cualquier calle o avenida de tu ciudad peruana preferida, puedes levantar el dedito y TODAS se avalanzan para que subas. Que dicha...no?