domingo, 12 de octubre de 2008

La bodega de la esquina

En todo barrio, existe la bodega de la esquina. En mi caso, siempre hubieron dos, dependiendo si quería ir para la izquierda o para la derecha. Hoy, porque la que era la de la derecha ya casi dejó de ser, me voy para la de la izquierda.

Hacia la izquierda, queda una que es mitad tienda de cosas del hogar (es como la recuerdo), mitad barcito de barrio. Creo que eso es lo que la hace más interesante todavía. Llegar, con tu inocente infancia encima tuyo, y querer comprar un paquete de coronitas con tu hermana, y departir un momento con los parroquianos. Lo cual era bastante simpático, valgan verdades. Todos muy honestos, muy bien puestos, muy barranquinos. Venden los mejores chifles del planeta. Aunque esto fue tema de discusión cuando probé los chifles de la carretilla en frente del Cine Pacífico. Así no se vale pues...

Tor-tees, inca kolas, coca colas, halls, chupetes, violetas, aceite, chocolates, lamparín, velas para apagón ochentero, jamón y queso para la lonchera, y ese olor... ese olor a bodega vieja, con estantes de madera espectacular, una cuadrícula en la pared llena de colores y olores. Cavanossi. Como para comerselo de a poquitos, con pancito recien salido de carretilla de panadero.

Quien diría que estando fuera el concepto de bodega sería un poco mas alternativo. Especialmente en Barcelona, que el equivalente de bodega, es una tienda que parece super mercadito con congeladores y maquinas para gaseosas que son atentidas por pakistanis, muy buenos todos, que venden "samosas" al costado de la caja.

Sin embargo, en mi último barrio barcelonés me topé con Aurorita. Aurora es una bodega muy bien puesta fundada por peruanos. Compatriotas que veían no se cómo, programas peruanos en VHS de antaño mientras atendían la tienda. Lo bonito era ver como habían traspasado nuestro concepto de bodega: Sin caja registradora, golosinas peruanas y alfajores hechos en casa muy bien puestos en mostrador de vidrio con marcos de aluminio. Muy bodeguero.

A mis amigos españoles los hice probar los alfajores a la peruana (que allá, al haber invasión de argentinos, sólo se piensan que los alfajores son de ese lado de sudamérica), inca kolas y coronitas. Uno que otro domingo me daba una vuelta para ver si tenian gaseosa peruanita para acompañar mi almuerzo. Aurora, mi vecina de Comas en Barcelona. Sensacional.