sábado, 5 de septiembre de 2009

De pastelera...

Como el tiempo me sobra...me dedico a la cocina. No por tener alma de "señora de su casa", sino porque me gusta experimentar en la cocina. No por nada me encantaba el curso de química en mis épocas de colegiala.

Para ser super honesta, acá no comemos mucha fruta. Cuando lo hacemos, se hace calculadamente. Si compramos plátanos, comemos 4 de 6. Tal vez es mejor decir que COMO de a pocos los plátanos. Mi señor esposo no es muy abocado a la fruta. De cuando en vez, llegan mangos del África al supermercado, entonces ahí si no aguanto y me los zampo en una. Jugosos y frescos, como se deben comer. El otro día vi papaya. Me emocioné. Claro que las papayas tenían el tamaño de una palta, me imagino que por temas de transporte, no las dejan crecer mucho para poder traerlas...o simplemente son de una especie mas pequeña. Pero la próxima me compro, para hacerme un juguito desayunero.

Así que el otro día, Mark compró manzanas. Las pobres se quedaron en el plato de frutas dando pena. Entonces pensé...¿Por qué no hacer un dulce pie? Me puse a buscar por todo el internet recetas de pies, pasteles, etc. Hasta que me topé con el confiable Yanuq y una super receta que es super fácil de seguir (al menos para las que no tenemos experiencia en hacer masas) y parecía confiable.

Revisé los contenidos de mis reposteros y me topé con que en realidad tenía todo. Si bien la harina estaba con las justas de la fecha de expiración, no se veía mala. Las manzanitas habían resistido al paso de los días y justo habíamos comprado canela y nuez moscada. Leche siempre hay y azúcar...en realidad compramos una vez, pero no usamos...

Tomé material, lo empecé a rebanar y mezclar, y cuando llegó el momento de amasar...pues...me acordé... que no tenemos un rodillo. Así que me busqué un vaso de los más lisos y los mas tubulares para enharinarlo y amasar. Me ligó, porque claro...tan difícil no es buscar un rodillo substituto. A duras penas logre colocar las mitades de masa en sus respectivoslugares y para el horno.




Éxitos de bolsillo. Me quedó super bueno, y ya he hecho otro con duraznos y todo. Pero este queda por haber sido mi primer experimento en amasar y hacer la masa DESDE CERO y que no me haya salido nada mal. Además que aprendiendo a hacer, aprendo a innovar y eso es lo que más me emociona de cocinar. O hornear, en este caso. La próxima me lanzo con un pastel con relleno, jua jua jua. Bon appétit.