domingo, 25 de diciembre de 2011

Se hornea pavo

Así como la etapa de mudanza vino y se fue, también se pasó el año en un abrir y cerrar de ojos.

Por primera vez, vamos a celebrar la Navidad mas que los dos solos, en Leeds. Por circunstancias de la vida (chamba es chamba), pasamos Navidad en el depita, sin familia alrededor nuestro. Que si bien es una pena, por otro lado nos da la oportunidad de empezar, digamos, nuestra propia tradición.

El ya clásico nacimiento
Empecemos con la idea de que el pavo lo tenemos que hacer nosotros. ¿Y ahora, como lo sazonamos? ¿De dónde saco pasta de ají panca? Que no panda el cúnico. Gracias a mis envíos especiales del Perú, tengo bolsitas de polvitos de ajíes y demás especias. Claro, que ahora tuvimos que improvisar.

Creamos una pastita con ajos y demás especias con miras a la aventura y rogando porque el pavo al menos no se seque. Bueno, pavito. Y con ese pavito, tendremos como para 3 días...esperemos.

Trataremos de hacer una mezcolanza de tradiciones: Pavo con sazón peruana, Papas rostizadas, ensalada de papa, colecitas de bruselas, y demás vegetales invernales. A ver que sale. Lo que si me olvidé fue de echar un poco más de sal a la sazón. Ups.Lo que sí en mi vida he presenciado en vivo y en directo como hornear un pavo/pavito. Estoy muy acostumbrada a ver a mis papás mandar el pavo a la panadería de la esquina y esperar a horas previas a la nochebuena para recogerlo, numerito en mano y carro preparado para la corta, pero lenta travesía de vuelta a casa. Para que no chorree nada en el carro, claro está.

Entonces, el reto está en poder cocinar el pavo como mandan las instrucciones (porque yo soy muy a la peruana, me zurro las instrucciones de todo a diestra y siniestra), y ver si la receta inventada resulta y el pavo sale jugoso. Y si no sale jugoso, pues la próxima, ya sabemos...Me acuerdo mucho alguna vez que fuí a recoger el pavo a la panadería con mi papá o mi mamá y vi a un par de chicos cargando la bandeja del pavo (porque estaba potente) y una señora (asumamos que era la madre y ellos los hijos), jarrito en mano, como si fuera lo último que fuera a hacer en su vida, recogiendo el juguito en la bandeja y rociando el pavo mientras caminaban - no se si a su casa o al carro...tanto ya no me acuerdo.

No me quiero convertir en esa señora loca con la perfección del pavo, ni los jugos ni nada por el estilo. Que salga como tenga que salir. De momento, mientras pasan las horas, pensaré en cómo organizar mi día para poder ir sancochando las papas, cortando cebollas y apios y coordinar mis horarios televisivos. Como buena adicta, no pretendo perderme los programas especiales navideños ni dejar de ver las películas que no volveré a ver hasta la próxima Navidad. Prioridades ante todo.

¡¡FELIZ NAVIDAD 2011!!