Por esas vueltas que da la vida, y las pocas oportunidades que a veces nos entrega...sabíamos que teníamos que mudarnos de ciudad. ¿A dónde? Pues, a Leeds, por cambio de trabajo de mi esposo. Al no haber tenido yo suerte en encontrar un trabajo en Southampton pensé que la mudanza me va de todas maneras a servir para cambiar de aires, situaciones y SUERTE.
Justo un amigo nos vino a visitar, al cual decidimos bautizar como nuestro último invitado antes de la gran mudanza. Como no es que haya MUCHO por hacer en Southampton, después de un Guitar Hero y una cena rica, pues decidimos salir a explorar un poco.
Habíamos encontrado en internet un pub con el sello de “Real Ale”, como dicen. Eso significa que venden cerveza pero de las verdaderas british. No Heinekens ni Budweisers gringas llenas de gas y que tienen que estar heladas siempre sino no sabe a nada. Tomamos el bus, empezamos a caminar, y entre callejuelas residenciales, vimos en una esquina una casa con lucecitas de colores.
El pub se llama The Guide Dog. En cristiano El Perro Guía. Sí, lo sé. Un poco rarete el nombre, pero si hay un pub llamado The Hobbit, TODO está permitido. Entramos, y como se notaba que es un pub donde “saben tu nombre”. Sin duda. Tipo Cheers, no sé. Pero SUPER local, super cálido, un super ambiente y parroquianos de lo más joviales y amigables. Cada uno con su pint de cerveza en la mesa, con libros, que se yo.
Bar de barrio |
¿El hit de la noche? Un señor que entró al pub gritando a voz en cuello: “¡Mariscos! ¡Pruebe los ricos mariscos!”. Tenía una camisa blanca, de esas que se ponen los pescadores, y una canasta muy bien armadita con empaques descartables y varias opciones de mariscos. Cubiertitos y hasta servilletas. Muy al estilo peruano. Me recordó al señor que iba a la Muni de Barranco a vendernos sánguches a las 10am. Le hubiera tomado foto, pero…si me quería sentir “local” tenía que resistirme.
Ese mismo fin de semana nos aventuramos más al centro porque estaban promocionando un espectáculo de fuego (luces y color), montado por un grupo francés llamado Compagnie Carabosse. Una pasada, tía. Macetas de fuego en las calles, estructuras que se movían y chimeneas manejadas a fuerza hombre. Brutal. Espectacular. Cálido.
Con el frío que ya empezaba a hacer, decidimos quedarnos hueving por ahí por un par de horas. Digamos que nuestro depa…no conserva muy bien la calefacción. FAIL al depa.
Vaya como es de civilizada la gente. Nadie se acercaba a pesar de no haber protección de ningún tipo, ni vallas, ni NADA. Me impresionó porque hasta los chibolos sabían que no se correteaba, no se. Montan esto en Perú y le ponen cerco, malla gallinero y guachimán en cada una de las esculturas para que nadie meta mano.
Aunque digamos que por tomar esta foto…
…me gané mi llamada de atención por un patita de seguridad (muy bien camuflado) que me invitó, muy amablemente, a alejarme un par de metros de la instalación. Claro, es que a pesar de todo, lo peruano-metiche no me lo quita nadie.