jueves, 30 de abril de 2009

Maladies

A esta hipocondríaca por naturaleza, no le van bien estos tiempos. No, no, no que no. Mi carrera alternativa durante mi infancia y adolescencia fue el estar enferma en los peores momentos. En la época de exámenes mensuales, bimestrales, percentiles ortográficos...¡obras de teatro! Porque claro, en mi juvenil profesionalismo actoral, logré hacer una perfecta actuación de la obra de Los Saltimbanquis, en mi personaje de perro, con 39ºC de fiebre. Hay que ver mi dedicación a las artes escénicas, que si bien no han muerto en mi, yacen durmientes, quién sabe lo que me depare el futuro...

Pero vamos al grano. Siendo alérgica de nacimiento y asmática de herencia, pues las enfermedades respiratorias han sido el pan de todos los días. De más está decir que seguir el tratamiento de vacunas era mi rutina semanal; que si bien no la esperaba con ansia, me llegué a acostumbrar. Mi doctor (qepd), era super bueno, super dedicado, pero su escritorio era un verdadero desastre. Sin embargo, creo que después de tantos años de suplicio de jeringas, logré superar los puntos super bajos de mi condición y empecé a retomar una vida un pelo mas normal.

Típico de mi, al llegar a Barcelona y encontrar un cuarto, me vino una bronquitis de la patada. Así empiezan mis maladies en el viejo continente. Cambié el panadol por paracetamol, el nastizol por la propalgina y el flumil, y la cepacaína por la bucometasana. Porque claro, lugar al que voy, me TENGO que enfermar. Entonces el intercambio cultural no se basa solamente en lugares nuevos o gente por conocer, sino en medicinas por probar. Felizmente el redoxon y el robitusin son mundiales y aunque me encontré con otros jarabes igual de efectivos, nada puede cambiar el recuerdo de tomar richergan. Guácala. Nótese la intensidad de mis achaques en la foto, coloreados están mis elementos amigos en esos casos.


Obviamente, al cambiar de país de NUEVO (ufff..., me canso), me tuve que buscar otros medicamentos de "cabecera". Reemplazé entonces mi querida y fiel propalgina por el nuevo beechams plus, o lemsip. Acá si no hay reemplazo de flumil, así que sigo con mi querido inhalador peruanito. Ventide forever, oh yeah! Como dije anteriormente, el robitusin, hasta en la China. Así que bueno, aca ya tengo. Digamos que si bien mis enfermadades traspasan fronteras, los virus también. Horror.

De más entonces, está decir que con este tema de la gripe porcina, mis alarmas se han vuelto a prender. Porque claro, a los sistemas inmunológicos tan vapuleados como el mío (porque hasta cuando mi suegro se enferma, a los cuatro días caigo yo), mi única salvación es la precaución. Pero claro, tampoco soy tan enfermita como para salir a la calle con mascarita. Además por estos lares, si bien hay casos, no esta la cosa color de hormiga como lo estuvo en México.

En fin, de cuando en cuando tengo la pequeña recaída, pero obviamente son mis excesos. Ahora, me atrevo a comer lo que antes no podía y a ser un pelo mas relajada con mis temas enfermizos. Claro que nunca está de más tener mentholatum en la mesa o un par de strepsils (que reemplazaron mi bucometasana barcelonense) por si las moscas.

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