domingo, 11 de octubre de 2009

El sabor de mi tierra

Viviendo en tierras españolas, es difícil extrañar al terruño. Hay tantos compatriotas en la madre patria que no se siente la falta de un par de ajíes, ni una bodega donde pueda comprar un paquete de coronitas o simplemente una inca kola.

Acá la cosa cambia. Al menos la comunidad peruana en esta ciudad debe ser bastante pequeña, porque no he visto nada de ascendencia latinoamerica por estos lares. En Londres de hecho es diferente. En ciudades grandes siempre abundan los peruanos y creo haber visto un restaurante proclamando las bondades de la comida peruana por Brixton alguna vez.

Sin embargo, hay un personaje en la historia popular de este país que sirve para recordarle a los británicos sobre la existencia del Perú. Cuando conocí a varios escoceses, todos me decían: "¡Peruana como Paddington Bear!". Fue entonces donde me acordé vagamente de los dibujitos que alguna vez pasaban en Canal 7, tal vez fue ahí donde vi a este oso tan particular, con gorro y abrigo... Pero no fue hasta que empecé a pasear por las tiendas que lo vi por esquina que volteaba.


Los venden grandes, pequeños, de bolsillo, para el colegio, en mochilas, en loncheras y demás. El nuevo amigo del oscuro Perú. Lugar donde he dicho que soy peruana, me sacan al osito. Al menos es bueno ver que la relacionan a una con un personaje tan apachurrable...¡PUNTOS!

Encontré un poco su historia en el youtube -
Please look after this bear, y hasta venden los libros para los niñitos en edad pre-escolar. Super tierno.

Por otro lado, un día paseando por el supermercado, llegamos a la sección cervezas. Que por cierto, aca las cervezas son demasiadas, y de diferentes sabores y colores. Pero de pronto, habían armado toda una sección de cervezas importadas, aparte de ver Brahma, Corona y algunas asiáticas...me topo con nuestra querida Cusqueña.


De oferta, 2 paquetes de 4 botellitas por 6libras, lo cual es bastante bueno para introducirla al mercado. Me dio mucho gusto saber que el Perú ya se esta metiendo por todos los costados. Así que si bien no tomo mucha cerveza, de cuando en vez la refri se repleta con el oro de los incas. ¡Salud!

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